jueves, 24 de enero de 2008

CAZA MAYOR Y LEGISLACIÓN



El éxodo de la población rural hacia los núcleos urbanos y el abandono del campo ha propiciado un profundo cambio en el medio natural. De un paisaje dotado de un mosaico de pastos y campos cultivados se ha pasado a un paisaje puramente forestal donde los espacios arbolados ocupan cada vez más superficie, incrementado por el espectacular aumento de la cobertura vegetal. Esta circunstancia ha tenido su efecto en las especies cinegéticas y como todo el mundo sabe ha repercutido en una profunda regresión en las poblaciones de especies cinegéticas de Caza Menor y por el contrario las especies de caza mayor han tenido un espacio donde poder desarrollar sus funciones biológicas y donde expandir sus dominios.


Todo ello ha tenido como consecuencia una progresiva migración de cazadores que justamente han pasado de la Caza Menor a la Mayor sin apenas darles tiempo a asimilar las directrices sobre las cuales se sustenta el desarrollo de ésta última, basada en criterios de unión, de trabajo colectivo, de compartir, en definitiva, basada en la filosofía de una caza social.


Los cazadores de mayor que nos dedicamos a esta disciplina desde hace algunos años, estamos viendo la necesidad imperiosa de corregir algunos aspectos que de seguir con el actual rumbo, nos pueden llevar a unos derroteros de muy difícil canalización por ser actualmente un colectivo con total falta de corporativismo, por decirlo de una manera suave. La transformación tan radical en un período corto de tiempo, del escenario de caza, nos ha pillado fuera de juego a los cazadores de mayor en cuanto al tema legislativo. Para ilustrar un ejemplo de lo que está aconteciendo en el panorama cinegético sobre la Caza Mayor en Galicia, haré referencia a un problema que conozco más directamente, concretamente sobre la población de jabalíes. Según recientes estudios se estima que las hembras que están criando son en su mayoría las jóvenes, aproximadamente entre un 60-70% son hembras de un año, el 25% son jabalinas entre el año y los dos años, un 3% corresponde a las de entre dos y tres años, y apenas un 2% con más de cuatro años. Ni que decir tiene que todo el mundo que practica su caza, comprende que una jabalina que pese en torno a los 35 kilos tendrá dos o tres embriones, aumentando paralelos al peso el número de éstos hasta los siete u ocho que tendría una jabalina de 80 kilos (siempre, evidentemente, dependiendo de la alimentación y otros factores). Por otra parte se está demostrando que prácticamente un 80% de los machos no superan el año de edad. Todo ello redunda en la progresiva disminución del potencial de cria.


Por tanto se hace necesario implementar una gestión que haga entender a los cazadores el desterrar la idea de abatir los ejemplares más grandes, pues ello repercutirá notablemente en el desarrollo vital de la especie. Todo el mundo sabe la importancia de las madres viejas que desempeñan un papel de matriarcado en las manadas, dirigiendo a los mas jóvenes en el aprendizaje de la supervivencia y de la conquista de nuevos territorios, al tiempo que mientras hacen esa labor con las crías del año anterior, traen al mundo copiosas camadas que ese mismo año sacan adelante gracias a la gran fertilidad que tienen por su avanzada edad y con su experiencia curtida en mil batallas. Actualmente esto es muy difícil de inculcar en una era cinegética basada en una caza cada vez más artificial y con el agravante de estar infectada por el síndrome de la trofeitis (los ejemplares sin boca no venden).

Este es sólo un ejemplo dentro de la complejidad y de la trayectoria que está llevando la Caza Mayor en Galicia. Para no extenderme demasiado sobre el tema, sólo decir que actualmente estamos ejerciendo la Caza Mayor en Galicia amparados por la Ley de Caza de Galicia 4/1997 de 25 de Junio, que aunque hace referencia a temas puntuales sobre Caza Mayor, está concebida en su estructura para regular la Caza Menor que imperó en nuestra comunidad hasta hace muy pocos años. Hoy existen una serie de problemas en la Caza Mayor que por falta de una regulación específica pueden ocasionar problemas en un futuro. A continuación paso a destacar algunas situaciones en las cuales sería preciso implementar medidas correctoras, en el caso de existir una normativa específica:


  • Crear una licencia específica de Caza Mayor, expedida por la Administración autonómica, como ocurre en otras comunidades del Estado. Diversificando dos ámbitos de caza diferenciados y dotando a la administración de un incremento presupuestario por este concepto. Con esta medida, incluso con un incremento en la cuota con respecto a la licencia ordinaria, se podría detraer un porcentaje destinado a paliar los accidentes en las carreteras ocasionados por la fauna cinegética. De manera similar, se podría sufragar una parte muy grande de los daños en los cultivos, mediante la celebración de recechos y aguardos selectivos en la época estival.


  • Establecer un foro anual de Caza Mayor en Galicia. Esto ayudaría a crear un ambiente específico de monteros y realeros con el fin de crear un marco de corporativismo con miras a revindicar ante la administración aquellos problemas que de manera común afectan al desarrollo de la Caza Mayor en Galicia. Un ejemplo concreto: Los cazadores de una comarca serían consultados para implementar pasos subterraneos para fauna, en los trazados de las grandes infraestructuras viales. Los responsables de los proyectos, desconocen que las especies de mayor, por sus hábitos querenciosos, son absolutamente fieles a sus itinerarios cuando sus rutas nocturnas se cruzan con las nuestras. En cada comarca o pueblo, estos pasos son muy fáciles de determinar si se le consulta a los cazadores locales. Esto evitaría el despilfarro económico que supone instalar pasos en lugares elegidos con criterios de dudosa fiabilidad, cuando no puestos al azar y carentes de total eficacia como ocurre en la actualidad.


  • Una regulación específica, permitiría controlar de manera mucho más eficaz la acción del furtivismo, a través de las actividades de los trailleros en época de adiestramiento dado que su conocimiento y asiduidad en los pasos y en las veredas usadas por las reses, les permitiría destruir las trampas instaladas por los furtivos (lazos, cepos, etc). Al mismo tiempo permitiría crear la figura de las patrullas de voluntariado de cazadores, que tutelados por algún organismo que las represente (R.F.G.C.), podrían ejercer labores de vigilancia contra el furtivismo, contra los incendios y en defensa de la biodiversidad, labor que muchos estaríamos dispuestos a hacer con sumo agrado.


  • Necesidad de crear terriorios cinegéticos para Caza Mayor con un ámbito jurisdiccional de gran tamaño, para que cualquier actuación en el campo de la gestión pueda surtir efecto. No olvidemos la gran capacidad de movilidad de que están dotadas las reses de Caza Mayor. Con esta medida se evita la proliferación de cuadrillas dentro de un ámbito jurisdiccional de tamaño reducido. Dichos ámbitos jurisdiccionales podrían entenderse como Distritos de Caza Mayor con un ámbito geográfico, como mínimo, equivalente al ámbito comarcal. Ello evitaría que en las asambleas de los TECORES se puedan adoptar decisiones relativas a la Caza Mayor por una mayoría social que practica la Caza Menor, como está ocurriendo actualmente en muchas sociedades de caza.


  • Identificar nítidamente los puntos clave para su gestión: Defender la biodiversidad, prevención de daños, instalación de pasos de fauna, control del furtivismo.



No es mi ánimo sentar cátedra en esta materia, dado que desconozco, ni si quiera si lo anteriormente expuesto es susceptible de desarrollarse dentro del ámbito de nuestro ordenamiento jurídico, no obstante, vaya por delante mi inquietud por aportar algún viso de luz que pudiera solucionar algunos de los problemas que humildemente creo, se producirán en un futuro no muy lejano. Creo que tanto la Caza Menor como la Caza Mayor se desarrollan en escenarios diferentes, con disciplinas diferentes (la primera con un componente más individual, la segunda basada en una actividad colectiva), se usan armas diferentes, se emplean perros diferentes. ¿Porqué entonces no puede estar regulada de manera diferente?. Defender el sentido de Caza Social como se entiende la Caza Mayor en Galicia, y separarlo de un sentido individualista y egocéntrico más propio del cazador de menor, evita un porcentaje mayoritario de conflictos y contribuye a su buen desarrollo en aras de una caza armónica y con prespectivas de un progresivo corporativismo que a día de hoy brilla por su ausencia.


Alejandro Lorenzo.

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