lunes, 15 de junio de 2009

CERTIFICACIÓN DE CALIDAD CINEGÉTICA

 

LA CERTIFICACIÓN DE CALIDAD CINEGÉTICA

 

Ante la reciente emisión de un reportaje sobre caza mayor intensiva en nuestra comunidad en un conocido programa de televisión, dedicado a la caza y pesca continental en nuestra televisión autonómica, no puedo dejar de hacer una reflexión sobre la ética que nuestros representantes nos tratan de vender sobre la tan invocada caza social que según ellos, viene siendo la seña de identidad de la caza en Galicia.

 

Para los que únicamente entendemos la verdadera caza cuando se manifiesta a través de un cierto duelo entre la pieza y el cazador, entiéndase bien, no un duelo de fortaleza física, si no un duelo de astucia. Un duelo donde el cazador cuenta a su favor con una cierta tecnología, y la pieza cuenta a su favor con el conocimiento exhaustivo de su entorno, de todas las sendas, de todas las veredas, de todos los pasos, de todas las vías de fuga. Y solamente será capturada cuando ella misma cometa un error en su estrategia de fuga. Cuando para capturar una pieza de caza mayor, sea cuando menos preciso superar la fase de rastreo, emplazamiento, levante, persecución y lance final. Siendo condición “sinecuanum” superar cada una de ellas para poder ejecutar la siguiente, es decir, la pieza sólo será capturada cuando todas estas fases fueron superadas exitosamente.

 

Para los que solamente entendemos la Caza Mayor como una actividad que se caracteriza por la incertidumbre y no por los resultados garantizados, se nos hace tremendamente irracional y éticamente reprobable la idea de contemplar unas reses que se estrellan inexorablemente contra un vallado después de una desesperada huída, siendo tiroteadas por unos cazadores, que según algunos sectores sociales son un modelo de dinamización económica y generadores de recursos locales a los cuales se les ha de mimar y elogiar. Una idea preconcebida, quizás debido  a la influencia del modelo económico neoliberal que impera actualmente y que en su expresión mas extremista ya sabemos los resultados que ha ocasionado en la sociedad.

Hasta ahora estábamos acostumbrados a ver este tipo de prácticas en terrenos al sur de nuestro país. Había una línea divisoria, de Madrid para abajo y de Madrid para arriba.

 

              Efectivamente hace muchos años que se crearon los cotos de caza intensivos, que originariamente se contemplaban para practicar la menor, que aunque tampoco es compartida por muchos amantes del deporte venatorio, no obstante, se respeta porque no tiene los efectos colaterales que tiene cuando se hace con especies de caza mayor (problemas de consanguinidad, pérdida de pureza genética, imposibilidad de intercambio genético de poblaciones, dificultar el flujo de paso de especies que no tienen interés cinegético, pérdida de la biodiversidad por exceder la capacidad de carga de una especie en un ecosistema, etc.). Sin embargo los defensores de estas modalidades de “caza” justifican su existencia en el hecho de que en un país libre y democrático, se debe dar la opción al ciudadano de optar entre una u otra opción. Ser libre para escoger y ser libre para rechazar. Y verdaderamente eso debe ser así al igual que existe el amor sin sexo y el sexo sin amor, pero es aquí donde cabe la necesidad de hacer una distinción entre una y otra filosofía mediante la introducción-acuñación de un término que aclare y defina perfectamente una actividad de la otra.

Como quiera que, evidentemente el término caza define una actividad que es casi tan antigua como el hombre, por tanto desde el punto de vista de su semántica y de su etimología, no sería posible denominarla con otro término. Y al mismo tiempo, por otro lado, los defensores de estas nuevas prácticas cinegéticas no estarían dispuestos a acuñar un término nuevo  que definiese estas nuevas prácticas, sabedores del desprestigio que ocasionarían a la actividad, comprometiendo la filosofía sobre la que se sustenta, es decir, basada en los criterios del modelo económico que defienden. Se hace pues harto difícil que la disertación se solucione poniéndole nombrecitos a la cosa. Aunque por otro lado no seria descabellado el hacerlo, atendiendo a otros casos que por analogía y por moda, se dirimen poniendo nombres con origen anglosajón (airsoft, pinball, puenting, rafting, etc.). En esta ocasión tocaría pues.....HUNTING.

 

              Por todo ello lo más sencillo sería dotar a la caza social, a la caza tradicional en Galicia, a la caza en espacios abiertos, a la caza sostenible; de un certificado de calidad cinegética que garantizase al menos el desarrollo de una actividad basada en términos de sostenibilidad, con criterios conservacionistas, basada en unas pautas que definiesen, e identificasen perfectamente unos parámetros éticos.

 

              Para casi todos los lectores esto no les supondrá nada nuevo, pues en otras comunidades de España ya se está haciendo, como es el caso de Andalucía. En este caso concreto, a través de un decreto creado especialmente al efecto, se intenta definir una línea de actuación que marque una ética encaminada a seguir unas pautas tanto en el campo de la gestión como en el desarrollo mismo de la actividad. Pautas éstas que intentan preservar un modelo de caza basado en la sostenibilidad, en la garantía de la pureza genética de las poblaciones y no en la garantía de lo que se va a abatir. Tratando de garantizar que la actividad cinegética no afecte negativamente a las poblaciones que no son sometidas al aprovechamiento del recurso. Pero es aquí donde personalmente encuentro la gran contradicción, porque este modelo, dejándose tal vez prostituirse por la coyuntura económica de la que antes hablábamos, ha introducido en el sistema, los vallados cinegéticos. Y es que a todas luces para alguien que ama el campo no le debe caber la más mínima duda que el poner puertas al campo, es incompatible con la preservación del paisaje, de los escenarios donde se practica y la conservación de la biodiversidad, dos grandes señas de identidad que se venden como un valor dentro de esta propuesta.

 

              Planteemos pues un reto para Galicia. Una nueva filosofía de caza que a diferencia de Andalucía, esté perfectamente diferenciada tanto en su regulación como en su revaloración social, y no al revés encaminada hacia su inexorable rechazo social.

 

              Viendo el citado reportaje en televisión me viene a la cabeza el gran contraste de ideas. Mientras unos hacen lo imposible para que España esté dotada de una “naturalezacada vez más vertebrada, que generalmente suele ser apoyada por aquellos a los que hay que repetirles por activa y por pasiva, la obligatoriedad de instalar pasos de fauna en las grandes obras de infraestructuras civiles; otros se están empezando a acordar de aquella magnífica propuesta que fue rechazada de plano por muchos cazadores de España, a través de una gran manifestación, y que entre otras cosas acabó con la trayectoria política de la que fue su artífice, y que no era otra que la aprobación de los corredores ecológicos. Esta medida tenía como objetivo hacer de nexo de unión entre zonas ecológicamente bien conservadas de una manera natural a través de unos corredores naturales integrados en el entorno, en cuanto a su morfología, contrarrestando así el efecto aislante y vertebrador que suponen las grandes infraestructuras viarias que de manera paulatina e inexorable, están convirtiendo la península en un tablero de ajedrez.

 

              Por ello, sería interesante plantearse un reto que introdujese un nuevo modo de desarrollo cinegético, perfectamente diferenciado, avalado por una regulación cuyos pilares fundamentales fuesen la SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA Y LA VIABILIDAD ECONÓMICA. Poco a poco el reto tendría su máxima expresión cuando la sociedad asumiese que la caza en Galicia con certificado de calidad, es una actividad que se practica en lugares con criterios de sostenibilidad y que además promueve de forma activa la conservación de la biodiversidad.

 

Alejandro Lorenzo

Cuadrilla Arrotea


miércoles, 12 de marzo de 2008


ANALISIS SOBRE LA MANIFESTACION CONTRA LA LEY DE PATRIMONIO NATURAL Y BIODIVERSIDAD


El pasado día 2 de Marzo se ha celebrado en la capital de España, la macromanifestación que tanta polémica ha suscitado, a la cual he asistido fundamentalmente por dos razones. La primera porque creí que no debía dar la espalda a una celebración que pretende defender algo sobre lo que se sustenta lo que ha sido, es y no sé hasta cuando será mi pasión desde que era niño. Y la segunda porque mi manera de entender la Caza, no admite distinción sobre clases sociales o ideologías políticas. Para mí la Caza es un aprovechamiento de un recurso natural que se debe ejercitar de acuerdo con unos parámetros éticos que garanticen la sostenibilidad de dicho recurso. Como lo hacen los aficionados a la micología, o los que de vez en cuando les gusta darse un baño en el mar. Dado que las personas que colaboran conmigo en este blog, me piden reiteradamente que escriba mis impresiones sobre lo acontecido en dicha manifestación y mis interpretaciones personales sobre la tan polémica ley, he de manifestar lo siguiente:


En primer lugar sobre el terreno, pude apreciar que se trataba sin duda de una grandiosa manifestación. Desde el primer momento se había determinado el no hacer alusión alguna de contenido político ni electoralista, a excepción de las alusiones directas contra la Sra. Ministra Narbona, lo cual se cumplió casi a rajatabla, y entiendo que ha sido muy positivo para evitar confrontaciones sociales, aunque dentro del seno de la gran masa se intuía perfectamente una tendencia generalizada en una determinada dirección ideológica. Por otro lado he podido comprobar otro aspecto positivo, que es la gran capacidad de convocatoria que puede servir como precedente para en otras ocasiones, buscar consenso y facilitar el camino para futuras reivindicaciones en nuestro colectivo. También pude comprobar a pie de campo que en el seno de la gran masa de manifestantes, estoy seguro de que un porcentaje, casi me atrevería a decir mayoritario, no se ha leído la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad, dejándose llevar por el fervor de las masas, cual mansos corderillos, por todos los argumentos que semanas precedentes se difundieron en los foros internos del sector, para completar un redil en el que se cantaba a coro casi exclusivamente un único argumento, (la restricción en el uso de la munición de plomo en los humedales). Ni que decir tiene, que la manifestación sólo ha tenido repercusión en los foros internos del sector y ninguna o casi ninguna en el ámbito social.


En segundo lugar, el enunciado de la famosa Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad, hace referencia a eso mismo, la palabra BIODIVERSIDAD. Una palabra que define lo que todo cazador con criterios conservacionistas debería defender y proclamar su continuidad para generaciones venideras. Asimismo, la ley en su enunciado dice que el objetivo primordial de la misma es el de preservar los espacios naturales sin ser alterados. Los sectores contrarios a la ley reclaman el derecho de gestionar los territorios de manera sostenible. Y aquí empieza realmente el problema. Los titulares de los terrenos no desean que nadie les diga como tienen que gestionar sus territorios y por otro lado la sostenibilidad de esa gestión no es entendida de manera igual para todos, dado que la ley, como se explica en su contenido, trata de defender los intereses naturales y paisajísticos frente a la especulación urbanística.


Como quiera que sobreentiendo que se presume la tolerancia de todos aquellos que están en contra de dicha ley, aprovecho para decir que mi asistencia a dicha manifestación a sido con la compañía de camaradas del mundo de la caza que aún teniendo posturas ideológicas totalmente antagónicas con las mías, han respetado en todo momento las mías y en buena lógica yo he hecho lo propio con ellos, cosa que no puedo decir lo mismo de otros. Por ello he de decir que admito ciertas ambigüedades en la citada ley como la de definir claramente los humedales objeto de restricción en el uso de munición de plomo, o la de especificar con más exactitud las condiciones de carácter expropiatorio de los terrenos privados dentro de las zonas a proteger por dicha ley. Aspectos que se deberían revisar. Ahora bien, por más que me esfuerzo, no puedo comprender como se puede esgrimir casi exclusivamente como argumento para desencadenar la manifestación, las restricciones en el uso de munición de plomo, cuando en el año 2000 ya se ha aprobado un decreto que restringe su uso. Y si no me falla la memoria, en el año 2001 el partido que hoy está en la oposición aprobó dicha restricción. Y al mismo tiempo no entiendo cómo la Federación Española de Caza, que a través de la Federación de las Asociaciones de Caza y Conservación de la Fauna Silvestre de la Unión Europea (FACE) de la que forma parte, ha pedido una eliminación gradual del uso de la munición de plomo para cazar en todos los humedales de la Unión Europea lo antes posible y, en cualquier caso, a más tardar en 2009; es la promotora de la manifestación. Da la sensación como si alguien estuviese intentando llevarse la exclusiva del material que sustituirá el plomo, y al no estar de acuerdo en esto la administración, se montase parte del follón. Tampoco he podido averiguar en que les afecta negativamente la citada ley a los halconeros, ni que tipo de restricciones se les impone. Por más que lo he preguntado nadie me ha sabido responder. A la vista del texto, no es cierto que se vaya a prohibir ninguna modalidad o arte de caza: ni la contrapasa, ni la media veda, ni la perdiz con reclamo a las que se aludía claramente en las pancartas. Sería interesante explicar algunos mitos que popularmente existen sobre la Red Natura 2000, magnificados estos días por los cazadores que se han asistido a la manifestación y poner de manifiesto que la pertenencia a esta red no supone para una zona limitación alguna, ni siquiera la de la caza. ADENA destaca los esfuerzos que se realizan para conseguir un modelo de gestión cinegética que proporcione beneficios tanto al cazador como al propietario del coto y a las especies, y hace hincapié en que en estos espacios no se prohíbe la caza a no ser que existan valores que deban ser protegidos.


Por otro lado los que han leído el contenido del texto legal pueden apreciar como la filosofía de la ley se basa en establecer unas pautas de actuación que como todo el mundo sabe van a ser interpretadas y ejecutadas a criterio de las comunidades autónomas que tienen transferidas las competencias en materia de medio ambiente, dejando a su criterio la definición de las zonas húmedas y demás áreas en las que será necesaria hacer algún tipo de restricción. Como digo, a primera instancia la ley no supone restricciones importantes, ni mucho menos compromete el futuro de la práctica cinegética, incluso es respetuosa en determinados casos con los vallados cinegéticos, cosa que detestamos los que amamos la caza salvaje y verdadera. Transcribo parte del texto que hace referencia a ello:


El capítulo cuarto del Título III regula la protección

de las especies en relación con la caza y con la pesca

que, en su condición de aprovechamiento de recursos

naturales, deben garantizarse, pero limitando su aplicación

a los espacios, fechas, métodos de captura y especies

que determinen las comunidades autónomas, que

en ningún caso incluirán las especies del Listado de

Especies de Interés Especial, o los métodos o especies

prohibidos por la Unión Europea. El Inventario nacional

de caza y pesca mantendrá la información de las

poblaciones, capturas y evolución genética de las especies

cuya caza o pesca estén autorizadas, con especial

atención a las especies migradoras.


Artículo 61. Especies objeto de caza y pesca.

1. La caza y la pesca en aguas continentales sólo

podrá realizarse sobre las especies que determinen las

Comunidades autónomas, declaración que en ningún

caso podrá afectar a las especies incluidas en el Listado

de Especies en Régimen de Protección Especial, o a las

prohibidas por la Unión Europea.

2. En todo caso, el ejercicio de la caza y la pesca

continental se regulará de modo que queden garantizados

la conservación y el fomento de las especies autorizadas

para este ejercicio, a cuyos efectos la Comunidades

autónomas determinarán los terrenos y las aguas

donde puedan realizarse tales actividades, así como las

fechas hábiles para cada especie.

3. Con carácter general se establecen las siguientes

prohibiciones y limitaciones relacionadas con la

actividad cinegética y acuícola en aguas continentales:

a) Quedan prohibidas la tenencia, utilización y

comercialización de todos los procedimientos masivos

o no selectivos para la captura o muerte de animales,

así como aquellos procedimientos que puedan causar

localmente la desaparición, o turbar gravemente la tranquilidad

de las poblaciones de una especie.

En particular quedan incluidas en el párrafo anterior

la tenencia, utilización y comercialización de los procedimientos

prohibidos por la Unión Europea, que se

enumeran en la letra a) del anexo II, así como cualquier

forma de captura y sacrificio que utilice los medios de

transporte mencionados en la letra b) de ese anexo II.

Esta prohibición no será de aplicación cuando se

cumplan estos dos requisitos:

1.º que concurran las circunstancias y condiciones

enumeradas en el artículo 57.1 y

2.º que se trate de especies de animales de interés

comunitario no consideradas de protección estricta en

la normativa de la Unión Europea.

b) Queda prohibido con carácter general el ejercicio

de la caza de aves durante la época de celo, reproducción

y crianza y la caza durante el trayecto de regreso

hacia los lugares de cría en el caso de especies

migratorias.

c) Sólo podrán ser objeto de comercialización,

vivas o muertas, las especies que reglamentariamente

se determinen, de acuerdo con los Convenios Internacionales

y la normativa de la Unión Europea.

d) Se podrán establecer moratorias temporales o

prohibiciones especiales cuando razones de orden biológico

o sanitario lo aconsejen. En relación con las

especies objeto de caza y pesca, cuando existan razones

de orden biológico o sanitario que aconsejen el establecimiento

de moratorias temporales o prohibiciones

especiales, la Comisión Nacional del Patrimonio Natural

y la Biodiversidad podrá elaborar informes que

puedan ser utilizados por las Comunidades autónomas

para la determinación de dichas moratorias o prohibiciones.

e) En relación con la actividad cinegética y acuícola,

queda prohibida la introducción de especies alóctonas.

En el caso de introducciones accidentales o ilegales,

no se podrá autorizar en ningún caso su

aprovechamiento cinegético o piscícola, promoviendo

las medidas apropiadas de control de especies para su

erradicación.

f) Los cercados y vallados de terrenos deberán

construirse de forma tal que no impidan la circulación

de la fauna silvestre no cinegética y eviten los riesgos

de endogamia en las especies cinegéticas. Para los cercados

y vallados no cinegéticos las Comunidades autónomas

podrán excluir esta obligación por causas de

sanidad animal.

g) Los métodos de captura de predadores que sean

autorizados por las Comunidades autónomas deberán

haber sido homologados en base a los criterios de

selectividad y bienestar animal fijados por los acuerdos

internacionales. La utilización de estos métodos sólo

podrá ser autorizada, mediante una acreditación individual

otorgada por la Comunidad Autónoma. No podrán

tener consideración de predador, a los efectos de este

párrafo, las especies incluidas en el Listado de Especies

Silvestres en Régimen de Protección Especial.

Artículo 62. Inventario nacional de caza y pesca.

El Inventario nacional de caza y pesca, dependiente

del Ministerio de Medio Ambiente, mantendrá la información

más completa de las poblaciones, capturas y

evolución genética de las especies cuya caza o pesca

estén autorizadas, con especial atención a las especies

migradoras.

Se incluirán en el Inventario los datos que faciliten los

órganos competentes de las Comunidades autónomas.

Con este objeto, los titulares de los derechos cinegéticos

y piscícolas y, en general, los cazadores y pescadores,

vendrán obligados a suministrar la correspondiente información

a las Comunidades autónomas.


El capítulo cuarto del Título III regula la protección

de las especies en relación con la caza y con la pesca

que, en su condición de aprovechamiento de recursos

naturales, deben garantizarse, pero limitando su aplicación

a los espacios, fechas, métodos de captura y especies

que determinen las comunidades autónomas, que

en ningún caso incluirán las especies del Listado de

Especies de Interés Especial, o los métodos o especies

prohibidos por la Unión Europea.


Por otro lado cabe destacar que existen organizaciones cinegéticas que se han desmarcado claramente de las posturas que defienden aquellas otras que sí han asistido a la manifestación, como UNITEGA o La Asociación para la Conservación de la Naturaleza y la Caza de Extremadura (ACONCAEX).


En resumen, más que una confrontación política, a mi juicio supone una clara manifestación de que existen dos maneras diferentes de entender la caza: Los que aman la caza en su más pura esencia, es decir, aquellos para los que priman las razones conservacionistas sobre las capturas o las piezas abatidas. Que en gran parte reclaman medidas como las que se establecen en la citada ley. Que en su mayoría cazan en Cotos Sociales en los que la caza es totalmente natural. Que reclaman ejercitar su afición en términos de sostenibilidad. Que no desean que sus territorios se alteren artificialmente. Que demandan desde hace tiempo la implantación en sus territorios de la ansiada Certificación de Calidad Cinegética. Que se implementen los corredores ecológicos para que las áreas de interés natural puedan disponer de canales de comunicación que permitan el intercambio genético de sus poblaciones y poder realizar así sus funciones biológicas para perfeccionar la especie.Y que simplemente no ven ninguna restricción en la aplicación de la nueva ley. Por otro lado están los que autoproclamándose cazadores verdaderos entienden la caza como un sector comercial e industrial, en el que casi todo se justifica para poder pegar tiros, incluida la alteración artificial de los hábitats. Ofrecen capturas garantizadas cuando se trata de terrenos vallados para tal efecto, buscan como objetivo el ánimo de lucro, y que en definitiva, como no podía ser de otro modo, encuentran en el citado texto legal todo tipo de restricciones para ejercer sus actividades.


Como quiera que así como después de hablar con multitud de cazadores que me han pedido que asistiera a la manifestación, y yo les he dicho que iría pero que luego sacaría mis propias conclusiones, espero y deseo que ellos respeten las opiniones que en este texto dejo plasmadas, como prueba de la tolerancia de la que no dudo que poseen. Pues algunos de ellos, me consta que están ansiosos de conocer mis impresiones al respecto. Cada uno debe saber que opción le conviene llevar y ser conocedor de las consecuencias de coger uno u otro camino, al igual que es lícito asistir o no a una manifestación que por otro lado se recoge como un derecho dentro de nuestro ordenamiento jurídico. Yo sólo debo decir que tengo derecho, al igual que los que estos días han hecho mucho ruido haciéndonos ver el carácter catastrofista de esta ley, que yo también necesito proclamar a los cuatro vientos, y al que le guste bien y al que no también, que ¡ ME SIENTO ORGULLOSO DE SER CAZADOR ¡


Alejandro Lorenzo


lunes, 28 de enero de 2008

PACTO CON EL LOBO

 

En las primeras etapas de mi infancia me asustaste, en mi adolescencia me intrigaste y en la actualidad me cautivaste. La primera de estas etapas ha venido marcada por los perjuicios y las creencias que la influencia católica me ha inculcado para odiarte, considerarte una criatura propia de las tinieblas, como un ser maquiabélico, casi diabólico. Posteriormente, a medida que podía acceder a la información y al conocimiento, me deba cuenta de que en otras culturas menos interesadas que la cristiana en mantener a las personas en la ignorancia y en la cultura del miedo han visto en ti un símbolo de la socialidad, de la eficacia, de la inteligencia. Los mitos de Rómulo y Remo o el de Gárgoris y Habis presentan situaciones similares, en las que cachorros humanos son amamantados por lobas. Los indios norteamericanos ven en ti un honorable competidor, al que respetan y admiran. El ideograma chino te presenta literalmente como "perro distinguido", tal vez por el aspecto rasgado de tus ojos. Por último debido a la intriga y fascinación me permití recopilar información y comprendí el porqué de tu problemática con el homo “sapiens”.

 

Durante gran parte de la historia has ocupado la cúspide en la pirámide ecológica como predador supremo. Para los que todavía están anclados en los perjuicios de su pasado les diremos que la pirámide ecológica arranca de una simple brizna de hierba que transforma la energía del sol en energía para desarrollarse, luego le transmite su energía a los herbívoros al ser consumida por éstos, finalmente éstos últimos le ceden su energía a los que les sirven de alimento, es decir, a los predadores y dentro de estos a los grandes carnívoros, de los cuales, durante gran parte de la historia tu ocupaste la cúspide de la pirámide. Hoy la pirámide está ocupada por el ser humano, esto no tendría nada de particular salvo el hecho de que el hombre ha cambiado los componentes del segundo eslabón de la pirámide a su antojo personal. Ha cambiado el espectro de herbívoros salvajes por animales domésticos que le sirven de sustento, en detrimento de los herbívoros salvajes que ven reducidas paulatinamente sus áreas de dominio. Ahora se te acusa de que competir con el hombre y quererle robar su carne. La tuya carne que inexorablemente disminuye y la carne del hombre que aumenta exponencialmente de acuerdo con su crecimiento poblacional. Pero si intentas recuperar tu espacio y tu carne se pone en marcha toda la maquinaria de la conspiración, del fabulario y de los mitos que dieron pábulo al cuento de caperucita. (“Ver las orejas al lobo”, “Lobos con piel de cordero”, “Meterse en la boca del lobo”, “Que viene el lobo”, “El hombre es un lobo para el hombre”), ésta última muy reveladora en cuanto a la actitud humana.

 

            Después de casi 30 años campeando por las serranías de nuestra comunidad en mis actividades cinegéticas, por fin el ansiado encuentro. Sólo he podido sentir tu proximidad en apenas dos ocasiones, en una de ellas he podido visualizarte aunque fugazmente. El pasado día 20 de Octubre, en el extremo más occidental de la Sierra del Suido, he sido galardonado con tu faz, tu estampa, tus palpitaciones, tu olor. Han sido 4 interminables segundos, en un cuerpo a cuerpo a escasos 20 metros de mi puesto en una jornada de Caza Mayor. Fascinado por tu majestuosidad, por tu pelaje ya mudado para el invierno, por tu semblante serio, tus orejas triangulares, tu gran envergadura física, y tu mirada….., que decir de tu mirada profunda, acompañada de un leve giro de cabeza a modo de guiño con tus ojos oblícuos con el iris color miel. Cuantas cosas se pueden decir en 4 segundos con una mirada como esa. He comprendido bien el mensaje: “¡Habéis luchado con nosotros desde los albores de la historia, habéis conseguido exterminarnos en media Europa, pero aún estamos aquí!”. Luego te fuiste con la misma elegancia que con la que te manifestaste, sin hacer el más mínimo ruido, como levitando, en un día soleado y sin viento, y perdiéndote en el horizonte con un galope armonioso incapaz de ser ejecutado con tanta elegancia por ninguno de nuestros perros actuales, quizás limitados por nuestra adulteración en sus genes a lo largo de los siglos.

 

            Yo sólo puedo pedir tus disculpas por haberme internado en tu territorio para intentar robarte tu carne, en este caso una de tus más preciadas presas, el jabalí. Si, eso de lo que tanto se te acusa permanentemente a ti, y que te mantiene arrinconado en tus últimos reductos. Pero no temas, yo te digo que aquí en mi mundo también existen hombres con piel de cordero que se dicen animales racionales que piensan que su valor está en reclamar serlo y no en ejercer como tal. Y que la mayor fiera es el animal que tiene 2 patas porque entre otras cosas supone una amenaza para él mismo.

 

            Sólo debo decir como conclusión final, que como era de esperar, fui fuertemente recriminado por no haber intentado abrir fuego contra ti y abatirte, cosa que me hubiera sido sumamente fácil por la reducida distancia y el tiempo que me cediste para intentarlo. Haciendo uso de sus costumbres y su ideología fraguada desde sus infancias, he de perdonarles, no sólo por mi excelente relación personal con esas gentes, sino porque su pasado represor y su educación basada en la cultura del miedo no les ha permitido tener una visión objetiva, “perdónales Señor…..”. Si finalmente existe cielo tal y como me lo han pintado y me deniegan su entrada, solicitaré el ingreso en el cielo de los lobos. “Dejad que los lobos se acerquen a mí..”. Esas gentes que son mis amigos, han sido víctimas de su pasado y la cultura opresora de la que a mí también se me intento inculcar. La del cielo y del infierno, la de los animalitos de Dios y de los bichos del Demonio. La misma que me envía recados ofreciéndome cifras astronómicas para venderme como mercenario y entregarles tu cabeza. La misma que nos advertía de quedar ciegos si caíamos en la tentación de dar rienda suelta a los instintos de la naturaleza, la de que los niños y las niñas no podían ir a colegios comunes, o la de la infidelidad. Ésta última sujeta a muchas ambigüedades desde el punto de vista de su definición. Yo particularmente la despojaría de su ambigüedad de la manera siguiente: Infidelidad = romper el pacto. Por ello, siempre he dicho que jamás intentaría buscar un encuentro con uno de tus congéneres simplemente con la finalidad de abatirlo. Y en consecuencia me siento un privilegiado por experimentar la vivencia de tu encuentro, interpretar tu mirada limpia, ver en ella la reencarnación de mi admirado y malogrado Félix, y ejecutar el pacto: ¡Tu me galardonaste con tu estampa y yo sin vacilaciones decreté tu indulto!

 

Alejandro Lorenzo

CUADRILLA ARROTEA

jueves, 24 de enero de 2008

A LA CAZA DEL TESORO


En los últimos tiempos, la sociedad de consumo ha experimentado un notable cambio en cuanto a los métodos de seducción empleados en persuadir al consumidor. Es obvio que estamos inmersos en una sociedad puramente capitalista y cada vez más globalizada. Por ello no parece posible pensar que cualquier actividad que se pretenda desarrollar a partir de ahora o aquellas que se pretendan perpetuar en un futuro, puedan hacerlo sin someterse inexorablemente a las leyes de la sociedad de consumo, que no es otra cosa que analizar su viabilidad económica. De este modo, dicha actividad, deberá someterse al imperio del capitalismo o lo que es lo mismo a la publicidad, que es su brazo armado, para que esta última, para bien o para mal, vaya canibalizando la voracidad del ciudadano y tentado, finalmente muerda la manzana. Aunque para muchos esta exposición pueda parecer algo cruel, la publicidad, es la responsable de nuestra voracidad consumista. Eva disfrazada de manzana, fue el primer anuncio publicitario del que tenemos constancia.Claro está que la publicidad, ha dominado la sociedad de tal modo y de manera tan persuasiva, que actualmente nos encontramos casi a merced de sus dictados, haciéndonos perder parte o casi toda nuestra capacidad de raciocinio. Ahora ya no pagamos por el producto por su valor propiamente dicho, sino por su capital simbólico. En ocasiones tampoco le damos importancia al producto en sí, sino al envoltorio. En la última novela de Houellebecq hay un personaje peligrosamente machista que dice que la mujer es todo aquello que hay alrededor de la vulva. Hasta el dueño de Perrier se atrevió a decir: “el agua es gratis, nosotros sólo cobramos el envase y la marca”.


En cuanto a la actividad cinegética, está claro que adolece de una falta de estudio pormenorizado para hacerla susceptible de venderla como una actividad económica y resaltar los argumentos de venta que son muchos y muy variados. Se hace necesario, por tanto, reconocer la CAZA como un importante sector productivo en el que algunos analistas estiman un movimiento aproximado de medio billón de las antiguas pesetas en España. Resulta paradójico que a pesar de generar más riqueza que otras actividades propias del sector primario, la caza como motor económico, no dispone del apoyo de la Administración y además no cuenta para nada en sus sistemas contables ni computa en sus estadísticas como actividad generadora de recursos económicos, lo que la conduce a una ausencia de consideración como economía activa, siendo considerada únicamente como una actividad lúdica.


Hasta ahora no se ha sabido vender la caza a través de los canales publicitarios que actualmente están gobernados por la sociedad de consumo, quizás por una falta de corporativismo existente entre sus adeptos que impide tomar decisiones genéricas para todo el colectivo y hacer uso de los instrumentos legales que nos facilita nuestro ordenamiento jurídico para canalizarla en el buen camino, como por ejemplo, a través de una iniciativa legislativa popular.


Se hace necesario hacer trascender a la sociedad con el mayor grado de fiabilidad posible la aportación real que la actividad cinegética revierte en el PIB y en la creación de empleos. Se estima en torno a 150.000 el número de puestos de trabajo, ya sean directos o indirectos, que arroja esta actividad económica, la mayoría de ellos en un medio tan desfavorecido y castigado como el rural en zonas deprimidas, en las que la caza se configura como una de las más importantes opciones de generación de empleo. Los guardas de campo y de caza, guías, ojeadores, rehaleros, secretarios, postores, hosteleros, restauradores, armeros, cartucheros, taxidermistas, criadores de perros, adiestradores, veterinarios, biólogos, ingenieros de montes, productores de especies cinegéticas, gestores de fincas, técnicos, operarios de infraestructuras y servicios cinegéticos, carniceros, chacineros, fabricantes de ropas y complementos de caza, guarnicioneros y un largo etcétera. Sin olvidar otros muchos sectores que dependen indirectamente de nuestra afición por la caza: transportes públicos, coches, otros vehículos, remolques, bares, restaurantes, hoteles y otros establecimientos turísticos, agencias de viaje…


La riqueza que genera la actividad cinegética y su repercusión socioeconómica, ha de ser respetada y estimulada. Por ello, los cazadores esperamos con impaciencia que ese estudio sobre la economía de la caza, nacido a partir de la iniciativa parlamentaria que antes citábamos y de la que el diputado Teófilo de Luis ha sido principal valedor, para responder a la inquietud e interés que este tema genera, sea pronto una realidad en la que podamos ver reflejado todo eso de lo que hablamos, pero no como hasta ahora con estimaciones más o menos voluntaristas, sino de forma claramente cuantificable y valorable. Esperemos que una vez alcanzado el objetivo de haber hecho un buen uso de un soporte publicitario y saber venderla a la sociedad, se imponga el sentido común en no caer en las redes del consumismo exacerbado. No olvidemos que la CAZA es una actividad tan antigua como el hombre. Habremos de vender la caza como una actividad basada en criterios de sostenibilidad, respetando el entorno y los escenarios donde se practica, y contrarrestando sabiamente el efecto “bamby” en nuestros menores.


El éxito de una buena publicidad puede ser muy beneficioso para la actividad cinegética, pero una vez alcanzado ese objetivo, de darla a conocer como una actividad generadora de recursos económicos, debe apartarse de manera inteligente de las armas que la publicidad impone en su faceta más cruel, la de esconder las ventajas del producto y potenciar y revalorizar su envoltorio. ¿Porqué la CAZA siendo una actividad tan genérica, con tantas peculiaridades y con tantos argumentos de venta, no es capaz de venderse tan bien como una cosa tan particular y concreta como un simple envase con H2O en su interior? Probablemente, en un futuro, una cosa que se vende tan bien como el agua ya no nos la facilitarán en las tiendas sino que nosotros llenaremos el envase con agua del grifo y luego pagaremos un canon por usar el envase y la marca. Probablemente, a largo plazo cuando el mercado de lo intangible madure lo suficiente y seamos consumidores verdaderamente adultos, es decir idiotas, ni tan siquiera usaremos el envase, sino que pagaremos directamente por tener derecho a decir que bebemos PERRIER. Esperemos que si alcanzamos los objetivos que se han descrito anteriormente, no dejemos que las leyes de la sociedad de consumo conviertan la CAZA en una actividad donde se pierda su componente ancestral y atávico y se pase a potenciar la trofeitis, los vallados cinegéticos y la caza de bote como argumento publicitario, porque para ese viaje no se necesitarán alforjas. Actualmente en algunos folletos publicitarios se anuncia la actividad cinegética como fuente generadora de recursos, de empleo y favorecedora de la fijación de la población rural, pero con dudosos criterios de sostenibilidad y de ética mediambiental por la práctica de sus métodos y por la infraestructura empleada. Si todos los esfuerzos expuestos anteriormente van a tener como resultado final, la filosofía de estos últimos, ¡virgencita que me quede como estoy!.


Alejandro Lorenzo

CUADRILLA ARROTEA


CAZA Y BIODIVERSIDAD



De todos es sabida la importancia que la conservación de los hábitats tiene para el mantenimiento de la diversidad biológica, sin embargo, puede parecer empresa complicada el llevarla acabo, no por ser compleja en si misma, sino porque son muchos los actores involucrados en el escenario por la parte que nos toca (los de nuestra especie) y se hace cada vez más difícil el buscarle una ubicación a cada uno de ellos. Ni que decir tiene que la otra parte del escenario, las especies animales y vegetales, no suponen apenas problema, pues se dedican única y exclusivamente a realizar una función biológica, tarea a la cual el homo sapiens se dedica cada vez menos por estar más preocupado de otras tareas propias de eso que llamamos “progreso”, a no ser que dejemos de ser sapiens para pasar a ser simplemente homos.


En lo que a la gestión cinegética se refiere, cabe destacar que se hace necesario establecer medidas de gestión de los hábitats cada vez más complejas y eficaces pues son muchas y muy variadas las actividades humanas que interactúan en ellos, provocando muy a nuestro pesar, un gran desequilibrio en el medio.


En los últimos tiempos hemos asistido a un sinfín de planteamientos que han demostrado un gran error a la hora de demostrar su eficacia para la conservación de la biodiversidad. En estos momentos parece que se atisban nuevos tiempos sobre lo que debemos o no hacer en materia de gestión medioambiental, no por la lucidez de nuestros representantes políticos, sino mas bien porque los acontecimientos recientemente ocurridos, así nos lo han hecho ver.


Son muchos los errores cometidos, empezando por la nefasta política forestal que ha imperado en nuestra comunidad desde hace casi 30 años. Sobre este hecho parece que por fin se están empezando a tomar medidas, no obstante, no quisiera desaprovechar la ocasión para manifestar mi humilde opinión al respecto:


En Galicia tenemos un grave problema. Nuestros montes se están transformando en gigantescas plantaciones dedicadas al monocultivo de especies pirófitas, de crecimiento rápido, y dada su alta volatilidad, en la actualidad, el monte gallego es un auténtico polvorín.


Todo esto va en detrimento de los bosques autóctonos, que como el mundo sabe, están formados en su mayoría por especies frondosas autóctonas, que con la frescura de su sombra, permiten desarrollar en su entorno, todo ese verdor y esa humedad que cada vez encontramos menos, y con la peculiaridad de que apenas tienen capacidad de arder. Por desgracia en la parte litoral de nuestra geografía únicamente podemos ver vestigios de bosque autóctono en algunos parques públicos y en los merenderos que hay en la periferia de nuestras carreteras.


Antiguamente los montes estaban llenos de ganado mostrenco. Que razón tenía aquel que afirmó que apagaban mas fuegos dos rebaños de cabras que diez brigadas antiincendios.


Si en lugar de tener todo el monte dedicado a monocultivo con ciertas manchas de autóctono, planteáramos el proceso inverso, es decir, tener bosques autóctonos con manchas dedicadas a monocultivo; conseguiríamos que o el propio bosque haría de cortafuegos natural. Al mismo tiempo evitaríamos la gran pérdida de biodiversidad que estamos padeciendo. Tendríamos mas reservas de agua en nuestros acuíferos. Incrementaríamos la tasa de pluviosidad, e incluso podríamos satisfacer las necesidades de las industrias papeleras en espacios acotados. Y lo que es mas importante, no arruinaríamos nuestro paisaje (una de las mas grandes señas de identidad de un pueblo). Me viene a la mente la Galicia que tanto amaba Rosalía de Castro. Aquello de “Adiós ríos, adiós fontes”, lamentablemente se está cumpliendo.


¿Cuando finalizará el proceso de eucaliptización de Galicia?. ¿Porqué hasta ahora la política forestal fue concebida casi exclusivamente á medida de tres o cuatro empresas que todos conocemos?. ¿Por qué el monte es de todos cuando arde, y cuando da beneficios es solamente de unos cuantos? ¿Ningún político se preguntó porqué en Francia apenas hay incendios? Solamente es necesario ver de vez en cuando alguna etapa del Tour de Francia, y sobrarían las palabras.


La política forestal ha estado orquestada por manos que únicamente son sensibles a dos cosas: A las poltronas y a los bolsillos. Y por si fuera poco este panorama, a día de hoy todavía no se sabe nada de los responsables de la última oleada de incendios del último verano. Por cierto, responsables que a buen seguro se estarán fregando las manos celebrando su impunidad en esta catástrofe, espero y deseo que por poco tiempo, pues de tanto fregarse las manos podrían salir chispas que prendan nuevos fuegos.


Si queremos dotar a nuestra comunidad de un plan forestal responsable y eficaz, no sólo es necesario idear una buena planificación y unos buenos objetivos; se necesita algo que es más complejo: una buena coordinación de ellos. No se puede poner el carro antes que los bueyes. Algunas plantaciones de especies autóctonas que se acaban de acometer, están siendo devoradas por los pocos caballos salvajes que han quedado, atraídos por la falta de pasto (caso concreto: El monte Castrove). Ni que decir tiene, que por supuesto al no ser el eucalipto, plato de buen gusto para los equinos, y ante la falta de koalas, en pocos años habremos pasado a la situación anterior, es decir, habremos despilfarrado el presupuesto y habremos conseguido convertir el monte en un nuevo polvorín.


Ahora comprendo cuando ciertas personas de la Comunidad Navarra, se mofaban de nuestra escasa capacidad de gestión forestal, y que la catástrofe incendiaria, no fue sino, mas que una cosecha de lo anteriormente sembrado durante años. Claro que indagando y googleando en la red de redes, no me cabe la menor duda de que tienen sobradas razones para ello, pues disponen de un sistema de gestión forestal envidiable, digno de un modelo a imitar. No es de extrañar que con esta idílica tierra llena de grandiosos escenarios naturales, algunos sectores sociales de territorios limítrofes peleen hasta la extenuación para lograr su anexión. Un plan que recoge muchos y variados aspectos los cuales son perfectamente accesibles a través de la web, y que en resumen la filosofía del Plan Forestal de Navarra se basa en seis criterios:

  • Equilibrio intergeneracional: para que las generaciones futuras puedan disfrutar también de los montes.

  • Equilibrio intrageneracional: desarrollo a partir de los propios recursos; acceso de la sociedad a los bienes y servicios forestales; y apoyo a los titulares por el mantenimiento de funciones sociales y ecológicas.

  • Uso múltiple, gestión racional e íntegra de todas las funciones forestales: biológicas, ambientales, económicas y sociales.

  • Aumento de la eficiencia, crecimiento económico basado en: uso eficiente de los recursos forestales actuales; y desarrollo de nuevos recursos.

  • Integración de los bosques y la sociedad para establecer una relación profunda y respetuosa entre ambos.

  • Subsidiariedad: las colectividades locales deben actuar como protagonistas.

En concreto, los objetivos que plantea el Plan Forestal son ocho: aumento de la calidad y cantidad de los bosques; protección de la biodiversidad y calidad de los recursos de los montes; defensa del bosque ante riesgos naturales y humanos; protección sostenible de bienes económicos; adecuación a las demandas de usos sociales; una industria forestal competitiva estabilizadora de empleo; aumento de la actividad gestora de los actores forestales; y desarrollo y mejora de los medios y técnicas de gestión.

Si retrocedemos en el tiempo a buen seguro que recordaremos con nostalgia aquellos campos llenos de conejos y de perdices, aludiendo a una copla literaria de Jorge Manrique, podríamos pensar que “Cualquier tiempo pasado fue mejor”, no en vano, es verdad que entonces nadie pensaba en la gestión medioambiental, pero la diferencia estriba en que, entonces, las interacciones humanas en el ecosistema natural no eran tan masivas ni tan agresivas como las son hoy, dando tiempo a la naturaleza a regenerarse y autorregularse siguiendo su curso espontáneo.

La biodiversidad es garante de bienestar y equilibrio en la biosfera. Los elementos diversos que componen la biodiversidad conforman verdaderas unidades funcionales, que aportan y aseguran muchos de los “servicios” básicos para nuestra supervivencia. Por tanto con la gestión y conservación de los hábitats, no sólo se garantiza la prosperidad de las especies cinegéticas, sino que al tiempo se da un paso muy grande en la conservación de la biodiversidad.

Alejandro Lorenzo

CAZA MAYOR Y LEGISLACIÓN



El éxodo de la población rural hacia los núcleos urbanos y el abandono del campo ha propiciado un profundo cambio en el medio natural. De un paisaje dotado de un mosaico de pastos y campos cultivados se ha pasado a un paisaje puramente forestal donde los espacios arbolados ocupan cada vez más superficie, incrementado por el espectacular aumento de la cobertura vegetal. Esta circunstancia ha tenido su efecto en las especies cinegéticas y como todo el mundo sabe ha repercutido en una profunda regresión en las poblaciones de especies cinegéticas de Caza Menor y por el contrario las especies de caza mayor han tenido un espacio donde poder desarrollar sus funciones biológicas y donde expandir sus dominios.


Todo ello ha tenido como consecuencia una progresiva migración de cazadores que justamente han pasado de la Caza Menor a la Mayor sin apenas darles tiempo a asimilar las directrices sobre las cuales se sustenta el desarrollo de ésta última, basada en criterios de unión, de trabajo colectivo, de compartir, en definitiva, basada en la filosofía de una caza social.


Los cazadores de mayor que nos dedicamos a esta disciplina desde hace algunos años, estamos viendo la necesidad imperiosa de corregir algunos aspectos que de seguir con el actual rumbo, nos pueden llevar a unos derroteros de muy difícil canalización por ser actualmente un colectivo con total falta de corporativismo, por decirlo de una manera suave. La transformación tan radical en un período corto de tiempo, del escenario de caza, nos ha pillado fuera de juego a los cazadores de mayor en cuanto al tema legislativo. Para ilustrar un ejemplo de lo que está aconteciendo en el panorama cinegético sobre la Caza Mayor en Galicia, haré referencia a un problema que conozco más directamente, concretamente sobre la población de jabalíes. Según recientes estudios se estima que las hembras que están criando son en su mayoría las jóvenes, aproximadamente entre un 60-70% son hembras de un año, el 25% son jabalinas entre el año y los dos años, un 3% corresponde a las de entre dos y tres años, y apenas un 2% con más de cuatro años. Ni que decir tiene que todo el mundo que practica su caza, comprende que una jabalina que pese en torno a los 35 kilos tendrá dos o tres embriones, aumentando paralelos al peso el número de éstos hasta los siete u ocho que tendría una jabalina de 80 kilos (siempre, evidentemente, dependiendo de la alimentación y otros factores). Por otra parte se está demostrando que prácticamente un 80% de los machos no superan el año de edad. Todo ello redunda en la progresiva disminución del potencial de cria.


Por tanto se hace necesario implementar una gestión que haga entender a los cazadores el desterrar la idea de abatir los ejemplares más grandes, pues ello repercutirá notablemente en el desarrollo vital de la especie. Todo el mundo sabe la importancia de las madres viejas que desempeñan un papel de matriarcado en las manadas, dirigiendo a los mas jóvenes en el aprendizaje de la supervivencia y de la conquista de nuevos territorios, al tiempo que mientras hacen esa labor con las crías del año anterior, traen al mundo copiosas camadas que ese mismo año sacan adelante gracias a la gran fertilidad que tienen por su avanzada edad y con su experiencia curtida en mil batallas. Actualmente esto es muy difícil de inculcar en una era cinegética basada en una caza cada vez más artificial y con el agravante de estar infectada por el síndrome de la trofeitis (los ejemplares sin boca no venden).

Este es sólo un ejemplo dentro de la complejidad y de la trayectoria que está llevando la Caza Mayor en Galicia. Para no extenderme demasiado sobre el tema, sólo decir que actualmente estamos ejerciendo la Caza Mayor en Galicia amparados por la Ley de Caza de Galicia 4/1997 de 25 de Junio, que aunque hace referencia a temas puntuales sobre Caza Mayor, está concebida en su estructura para regular la Caza Menor que imperó en nuestra comunidad hasta hace muy pocos años. Hoy existen una serie de problemas en la Caza Mayor que por falta de una regulación específica pueden ocasionar problemas en un futuro. A continuación paso a destacar algunas situaciones en las cuales sería preciso implementar medidas correctoras, en el caso de existir una normativa específica:


  • Crear una licencia específica de Caza Mayor, expedida por la Administración autonómica, como ocurre en otras comunidades del Estado. Diversificando dos ámbitos de caza diferenciados y dotando a la administración de un incremento presupuestario por este concepto. Con esta medida, incluso con un incremento en la cuota con respecto a la licencia ordinaria, se podría detraer un porcentaje destinado a paliar los accidentes en las carreteras ocasionados por la fauna cinegética. De manera similar, se podría sufragar una parte muy grande de los daños en los cultivos, mediante la celebración de recechos y aguardos selectivos en la época estival.


  • Establecer un foro anual de Caza Mayor en Galicia. Esto ayudaría a crear un ambiente específico de monteros y realeros con el fin de crear un marco de corporativismo con miras a revindicar ante la administración aquellos problemas que de manera común afectan al desarrollo de la Caza Mayor en Galicia. Un ejemplo concreto: Los cazadores de una comarca serían consultados para implementar pasos subterraneos para fauna, en los trazados de las grandes infraestructuras viales. Los responsables de los proyectos, desconocen que las especies de mayor, por sus hábitos querenciosos, son absolutamente fieles a sus itinerarios cuando sus rutas nocturnas se cruzan con las nuestras. En cada comarca o pueblo, estos pasos son muy fáciles de determinar si se le consulta a los cazadores locales. Esto evitaría el despilfarro económico que supone instalar pasos en lugares elegidos con criterios de dudosa fiabilidad, cuando no puestos al azar y carentes de total eficacia como ocurre en la actualidad.


  • Una regulación específica, permitiría controlar de manera mucho más eficaz la acción del furtivismo, a través de las actividades de los trailleros en época de adiestramiento dado que su conocimiento y asiduidad en los pasos y en las veredas usadas por las reses, les permitiría destruir las trampas instaladas por los furtivos (lazos, cepos, etc). Al mismo tiempo permitiría crear la figura de las patrullas de voluntariado de cazadores, que tutelados por algún organismo que las represente (R.F.G.C.), podrían ejercer labores de vigilancia contra el furtivismo, contra los incendios y en defensa de la biodiversidad, labor que muchos estaríamos dispuestos a hacer con sumo agrado.


  • Necesidad de crear terriorios cinegéticos para Caza Mayor con un ámbito jurisdiccional de gran tamaño, para que cualquier actuación en el campo de la gestión pueda surtir efecto. No olvidemos la gran capacidad de movilidad de que están dotadas las reses de Caza Mayor. Con esta medida se evita la proliferación de cuadrillas dentro de un ámbito jurisdiccional de tamaño reducido. Dichos ámbitos jurisdiccionales podrían entenderse como Distritos de Caza Mayor con un ámbito geográfico, como mínimo, equivalente al ámbito comarcal. Ello evitaría que en las asambleas de los TECORES se puedan adoptar decisiones relativas a la Caza Mayor por una mayoría social que practica la Caza Menor, como está ocurriendo actualmente en muchas sociedades de caza.


  • Identificar nítidamente los puntos clave para su gestión: Defender la biodiversidad, prevención de daños, instalación de pasos de fauna, control del furtivismo.



No es mi ánimo sentar cátedra en esta materia, dado que desconozco, ni si quiera si lo anteriormente expuesto es susceptible de desarrollarse dentro del ámbito de nuestro ordenamiento jurídico, no obstante, vaya por delante mi inquietud por aportar algún viso de luz que pudiera solucionar algunos de los problemas que humildemente creo, se producirán en un futuro no muy lejano. Creo que tanto la Caza Menor como la Caza Mayor se desarrollan en escenarios diferentes, con disciplinas diferentes (la primera con un componente más individual, la segunda basada en una actividad colectiva), se usan armas diferentes, se emplean perros diferentes. ¿Porqué entonces no puede estar regulada de manera diferente?. Defender el sentido de Caza Social como se entiende la Caza Mayor en Galicia, y separarlo de un sentido individualista y egocéntrico más propio del cazador de menor, evita un porcentaje mayoritario de conflictos y contribuye a su buen desarrollo en aras de una caza armónica y con prespectivas de un progresivo corporativismo que a día de hoy brilla por su ausencia.


Alejandro Lorenzo.